En esta ocasión es dejo un recurso educativo extraido de la web "aulaPlaneta", la cual nos ofrece una lista de películas para poder trabajar la alteridad.
Este material educativo permite que los profesores de primaria, ESO y bachillerato puedan trabajar la capacidad de ser otra persona.
La proyección de estas películas educativas ha de acabar en un debate entre los alumnos y el profesor.
Espero que os guste de la misma forma que me ha gustado a mi.
"Entendemos por alteridad la condición de ser otro. Una noción identitaria básica que abarca aspectos de la condición humana tan dispares como el cultural, el étnico, el religioso, el sexual o el socioeconómico, entre muchos otros y que, siendo imprescindible para el desarrollo vital de seres sociales como somos los humanos, obtiene un importantísimo peso pedagógico dentro del proceso formativo que se da dentro del aula.
A continuación os ofrecemos una pequeña muestra de ocho películas que os permitirán tratar la alteridad en el aula y que esperamos generen un fructífero debate y reflexión entre el alumnado.
La parada de los monstruos (Tod Browning, 1932):
Clásico paradójicamente maldito donde los haya, esta controvertida película protagonizada por Hans (Harry Earles), el enano de un circo en el que trabaja como atracción de feria, y su amor no correspondido por Cleopatra (Olga Baclanova), la trapecista, iguala en sentido de la crueldad, a aquellos considerados “normales” por su físico con los “fenómenos” a los que miran con condescendencia y que actuaron como ellos mismos en La parada de los monstruos. Una lectura fílmica sobre la monstruosidad que no deja títere con cabeza y que refleja como, en muchas ocasiones, la alteridad no es tanto una realidad como una construcción.
In this world (En este mundo) (Michael Winterbottom, 2002):
Enayat y Jamai (interpretándose a sí mismos), los dos niños protagonistas de esta película dirigida por el prolífico Winterbottom, escapan del campo de refugiados afgano en el que viven para llegar al Reino Unido, en un largo viaje filmado con un angustioso realismo y escasas concesiones. Una película no lo bastante reconocida pese a su capacidad para generar debate alrededor de una tragedia diaria, la de los refugiados, de motivos políticos, económicos y culturales muy variados, pero todos ellos vinculados a una determinada percepción de la alteridad.
Sufragistas (Sarah Gavron, 2015):
Hace poco más de un siglo, antes de la Primera Guerra Mundial, las protestas de las mujeres inglesas (muchas de ellas de clase trabajadora) que reclamaban su derecho al voto se recrudecieron, fruto de la pasividad de las autoridades inglesas hacia sus demandas. Pronto, el pacifismo de su lucha derivó en protestas ocasionalmente violentas que sacudieron los cimientos de la sociedad inglesa pero que les permitió ser consideradas ciudadanas de pleno derecho. Esta película refleja esa lucha no tan lejana y siempre en riesgo de volver a caer en el saco roto de la Historia.
Haz lo que debas (Spike Lee, 1989):
Considerado por muchos como una de las cumbres del cine de Spike Lee, polémico adalid de la causa antirracista afroamericana dentro del cine venido de los EE.UU., esta película plantea un interesantísimo e intenso fresco del Harlem de finales de los ochenta, así como de las considerables tensiones raciales existentes entre sus habitantes y, en ocasiones, también con las autoridades. Un retrato poco o nada complaciente sobre el racismo entendido como un conflicto normalizado, aunque siempre a un paso del estallido social, que ofrece muchas más preguntas a sus espectadores de las que, afortunadamente, se resuelven en la pantalla.
Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000):
Multipremiada película situada en el convulso Reino Unido de los años ochenta del siglo XX, donde Billy (Jaime Bell) es empujado por su padre, un rudo minero en lucha contra los recortes impuestos a su sector por la administración Tatcher, para ser boxeador. Pero Billy se siente rápidamente atraído por el mundo del ballet en el que, además, demuestra tener auténtico talento. Para lograr cumplir su sueño de ser bailarín profesional, Billy se enfrentará a los prejuicios de propios y extraños, a los de su padre y también a sus dudas sobre su propia sexualidad.
Mi vida en rosa (Alain Berliner, 1997):
Ludovic (Georges du Fresne) es un niño que desea con todas sus fuerzas que su cuerpo se corresponda con cómo se siente realmente: una niña. A partir de este punto de partida, y sin cargar las tintas en lo dramático, esta producción belga se centra no tanto en el proceso de concienciación de Ludovic sobre su verdadera identidad transexual, si no en cómo su familia asume como verdaderas las reflexiones de su hijo y sus dificultades para aceptarlo en su alteridad.
Alguien voló sobre el nido del cuco (Milos Forman, 1975):
Una de las más famosas reflexiones cinematográficas sobre la fina línea que en ocasiones separa la locura del desafío social y personal y que fue protagonizada por un Jack Nicholson icónico en su papel de McMuprhy, un delincuente que evita su ingreso en prisión haciéndose pasar por enajenado mental, sigue siendo, a día de hoy, una preclara parábola sobre una sociedad que en su ánimo de normalizar la alteridad deviene puramente fascista.
El pequeño salvaje (François Truffaut, 1970):
A partir del caso real de Victor de Aveyron, un niño encontrado en los alrededores de Toulousse en 1790 sin ningún tipo de formación, vínculos sociales ni capacidades de comunicación, el director François Truffaut reconstruyó para el cine el proceso formativo del joven a manos del doctor Jean Itard, quien lo encontró en el mentado estado de salvajismo y terminó convirtiéndose en su biógrafo. El resultado es un (otro) clásico del cine educativo con Truffaut en la piel de Itard, y Jean Pierre Cargol en la del niño cuya alteridad/salvajismo es reconducida educativamente hacia lo que entendemos por civilización.
Esperamos que el visionado de estas películas os resulte interesante tanto a vosotros como a vuestros alumnos, y que compartáis con todos nosotros las reflexiones que, a buen seguro, seguirán a sus visionados.
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